lunes, 30 de agosto de 2010

Ellos

Nacieron de una mezcla de luz y oscuridad. Nacieron del interés y de la entrega. Nacieron de la verdad y la mentira. Nacieron de la pasión y la indiferencia. Nacieron del amor sin límite y del cálculo frio. Y fueron dos. Ellos.

viernes, 13 de agosto de 2010

Puertas abiertas

- Dime, Bernard, cuéntame por qué estás aqui.
- Si, señor, yo se lo cuento si me dice Vd. donde estoy.
- Pues hijo mío, por el decorado deberías adivinarlo.
- Soy muy malo adivinando, nunca se me ha dado bien... ¿tal vez en Londres, rodeado por la niebla?... Me han dicho que suele ser muy espesa...
- No, no... Bernard, no estamos en Londres. Esto es la entrada del Cielo.
- ¿Tan lejos?
- Si.
- ¿Y qué coño hago yo aquí, si me permite usted la expresión?
- ¿No lo sabes?
- Ni puta idea.
- Te quitaste la vida.
- ¿Yo?
- ...
- Pues lo había olvidado, francamente.
- Falta de fósforo, sin duda.
- A ver... con tanto bocadillo, ¿qué quiere usted?
- Que te hubieses molestado más en cocinar. ¿No conocías los efectos de la dieta sobre el organismo?
- Verá, no me dió la gana... A mis 58 quería tener tiempo para otras cosas.
- Pues ya ves en qué se te ha quedado el tiempo, en nada. Ahora estás aquí, a las puertas del Cielo. Ya no tienes tiempo. Finito. Se acabó.
- ¿Del todo?
- Del todo.
- ¿Ya no puedo volver?... ¿Ni cinco minutos siquiera?...
- Pero, hombre, ¿qué ibas a hacer tú en cinco minutos?
- Pegarle cuatro ostias a uno, que se las debo.
- ¡Bernard, por favor, no es este momento de malos sentimientos! Además, el Único te puede escuchar...
- ¿El único?... Y a todo esto, ¿quién es usted?
- San Pedro.
- ¿El de las llaves?
- Podría decirse así...
- Pues mire, Pedro, yo creo...
- San.
- Vale, pues mire usted, San, yo pienso...
- San Pedro, Bernard, a mi se me llama San Pedro.
- Qué tontería, ¿no?
- No.
- Vale, para usted la "perra gorda", Saaan Peeeedrooooo...
- San Pedro, pero sin guasas.
- Disculpe usted, San Pedro, es que soy nuevo en esto y no me conozco muy bien el protocolo... pero que opino que darle cuatro ostias a un tio que se las merece tampoco será tan malo... entraba en mi casa como amigo y se ventilaba a mi mujer...
- Eso es violencia.
- Eso es quedarse a gusto.
- Bernard, es violencia, y no me discutas que en estas cosas soy la máxima autoridad.
- Vale, vale... violencia, lo que usted diga.
- Bien, vayamos al grano... ¿por qué te quitaste la vida?
- Pues me dió por ahi...
- ¿Así, sin más?... No me lo creo. Cuéntame las verdaderas razones y tal vez puedas cruzar estas puertas.
- La verdad, no se si querré cruzarlas. ¿Qué hay detrás?... ¿Tias, ordenadores, play stations?...
- No, Bernard, no... todo eso lo has dejado atrás. Aquí encontrarás la sublime belleza de la eterna contemplación del Único.
- Suena aburrido...
- Pues no lo es. Y deja de darle vueltas al tema. Cuéntame qué razones te han llevado a esto...
- ...
- Estoy esperando.
- Bueno... mi mujer me puso los cuernos.
- Eso carece de importancia. Nadie es dueño de nadie.
- Luego me abandonó.
- Para que tú mismo te encontrases.
- Bueno, vale, pues me encontré, pero mis hijos no. Después de hacer todo lo que pude como padre, no vinieron a verme.
- Eso es asunto de tus hijos. ¿Fuiste tú a verlos a ellos?
- No. Ni de coña. Yo los estaba esperando...
- Tal vez ellos te esperaban a ti... ¿qué más?
- Me despojaron de mi casa...
- Aquí no cuentan las cosas materiales.
- Pero es que fue un abuso...
- Lo mismo me da, no cuentan y punto.
- Me sentía solo...
- Te tenías a ti. ¿Qué más podías pedir?
- Me engañaron los amigos.
- Te engañaste tú, que no supiste verlos.
- Joder, San Pedro, me lo está poniendo usted difícil...
- Hijo mio, sólo busco una buena razón...
- ...
- ...
- Un momento... ahora que lo pienso, hay otra...
- Dime, hijo.
- Zapatero salió reelegido...
- ...
- ...
- Pasa, hijo, pasa. Que te has ganado el Cielo. Ahora, a disfrutar de toda la eternidad. ¡Abrid las puertas!

lunes, 9 de agosto de 2010

Mia

En el juego de la vida, el que pierde es el que gana.

Para mi amiga Mia.
La de los ojos profundos.

Hablan...

Todos. Todas. Hablan, hablan, hablan... y hacen demasiado ruido como para ser capaces de escucharse.

martes, 3 de agosto de 2010

Infamia

Todo aquello que roce de lejos, con ligereza de seda, con suavidad de pluma, con delicadeza de pintura japonesa, con levedad de murmullo de amor, la libertad, es lo bastante infame para no merecer ser pensado, siquiera un mínimo instante, por cualquier mente humana que conserve un minúsculo rastro de dignidad.

lunes, 2 de agosto de 2010

Catálogo de seres inhumanos.

A saber, el ser inhumano se cataloga en diversos apartados, según las últimas estimaciones de entomólogos, ictiólogos, ornitólogos, aracnólogos, primatólogos, herpetólogos y psicólogos:
- El que te mira por encima del hombro porque sólo tiene la posibilidad de creerse algo pensando que hay otros por debajo.
- El que te mira perdonándote la vida porque si no te la perdona no le quedan más méritos que aducir cuando deba presentar el balance de su existencia.
- El que te mira y te juzga porque siente que ha fracasado estrepitosamente como persona y así evita la tentación de juzgarse a si mismo.
- El que te mira y no te ve porque sólo le desaparece la ceguera cuando se sitúa enfrente de un espejo.
- El que te mira y te engaña porque trata de creerse sus propias mentiras para olvidar que ha sido siempre un miserable.
- El que te mira y te apuñala con los ojos porque está viendo en ti lo que él nunca ha conseguido ser.
- El que te mira.
*Nota Inevitable: Este último, lamentablemente, es el único que está en peligro inminente de extinción.