Nutrientes

Nadie te enseña a comer de la ambrosía que guarda tu espíritu, pero hay muchos dispuestos a indicarte, con toda riqueza de detalles, cómo alimentarte de la basura que te rodea.

¿Fuera de lugar?

Un individuo, tan cercano a mi que a veces se me confunde, cumpliendo las leyes muy a su pesar, pesar que nace de la sola consideración de que son leyes, escribe a la madre de sus almas, sus más allá y sus más acá, sus hijos. Tema, exclusivo, único, sin desvios que tuerzan la intención, los niños y la forma de buscar una solución a algunos de sus problemas.
Un individuo, tan cercano a mi que en ocasiones coincide en el mismo tiempo y lugar, se pliega a las normas que rigen el ejercicio de la patria potestad y, muy a su pesar, se pone en contacto con quien no desea a fin de hacer partícipe a la otra parte de las necesidades y los deseos de sus niños.
Un individuo, tan cercano a mi que a veces me toman por él, recibe una protesta formal enviada a través de un mensajero que se presta a tal menester: "No moleste Vd. a la señora, que la señora no desea ser molestada. No moleste Vd. a la señora que se va a casar muy pronto y tal vez al próximo marido no le siente muy bien que Vd. le escriba. No moleste Vd. a la señora que a la señora no le interesa lo que tenga Vd. que decir".
Y ese individuo, tan cercano a mi que no puedo ser yo, se siente desorientado, fuera de lugar.
Me dijeron -piensa- que tenía que contribuir al bienestar de mis hijos, y lo intento. Me dijeron que debía consultar con la otra mitad de la patria potestad a fin de solucionar las turbulencias que puedan aquejar a mis niños, y lo intento. Me dijeron que debía consultar ante cualquier asunto que se relacionase con mis joyas, y lo intento. Pero, aunque a mi pesar me pliego a la ley, parece ser que no lo hago a gusto de todos... que hay quienes no están interesados en estas joyas y prefieren los abalorios de plástico, que hay quienes anteponen su miedo a ponerse en evidencia, a la noble tarea de ayudar a nacer a dos hombres buenos, nobles y sin piedras que lastren su avance por la vida.
Pero, ¿sabéis?... este hombre tan cercano a mi que le duelen las mismas cosas y se rie con los mismos chistes me ha dicho que, para su propio consuelo, ha enviado a todos los que anteponen la mentira a la honradez a que les den por culo. Y que, a partir de ahora, piensa seguir incansable su labor, porque cree estar haciendo lo justo. Me ha dicho este individuo, tan cercano a mi que cuando cierro los ojos puedo sentirlo, que ya no se siente fuera de lugar.

No es

No es cierto todo lo que se dice, ni es mentira todo lo que se calla.

Experiencia

Lo se por experiencia:
La cortesía no desarma al grosero, pero te da la calma.
La sonrisa no desarma al agrio, pero te da la alegría.
La sinceridad no desarma al mentiroso, pero te da la paz.
La honestidad no desarma al tramposo, pero te da la serenidad.
La entrega no desarma al egoísta, pero te da la vida.

Lo que no existe.

No existe el daño en el corazón. Sólo existe el amor propio ofendido.
No existe la crucifixión del amor. Sólo existe el egoismo no correspondido.
No existe el asesinato del alma. Sólo existe el alma que no existía.

Ganar

En justicias y leyes, para ganar hay que saber mentir.

La peor opción

Hoy me he encontrado casualmente con un viejo amigo. Uno de esos buenos amigos a los que, por circunstancias de la vida, terminas perdiendo la pista. Hacía ya muchos años...
Ha supuesto una enorme alegría para ambos. Y nos hemos contado nuestras vidas. Siempre sucede así.
Antes habría dicho "curiosamente estaba divorciado..." Hoy digo, naturalmente estaba divorciado. Y con sus tres hijos a su cargo, el mayor de ellos con 8 años.
Lo pasó mal, como todos. La ex-mujer lo metió en el calabozo, como a casi todos. Por tocar la puerta de su casa para ver a su hija más pequeña. Por supuesto, salió al poco tiempo con declaración de inocencia total, pero el calabozo no se lo quitó nadie.
Estuvo luchando durante dos años para recuperar su casa, una casa que había pagado él sólo, sin colaboración ninguna de su ex-mujer, y que le correspondía por tener la guarda de sus tres hijos.
En un momento dado, me dijo: "Hoy, Bernard, la peor opción que tiene el hombre es el matrimonio. En cuanto se casa lo tiene todo perdido".
Y yo pensé que tenía razón. Imagino que con el tiempo, como todas las cosas, la relación entre hombres y mujeres tenderá hacia el equilibrio y la auténtica igualdad. Pero hoy eso no existe.
Imaginaos un niño al que jamás le han dado una golosina. Que desconoce que existen. Y un día, ponen delante de él kilos de ellas. Las prueba y le encantan. Y al ser algo tan nuevo y sabroso para su paladar, no para hasta que se siente el vientre a punto de reventar. Lo mismo sucede en la vida. Durante años la educación de la mujer ha estado extremadamente limitada. Ha sido un error, por supuesto. Pero ahora, ante la nueva situación, muchas de esas mujeres se están hinchando a golosinas hasta más allá de los límites que conducen a zonas peligrosas. Y al hombre, mientras tanto, lo han atado con las leyes. No es buena la situación, pero confío en que la evolución nos conduzca a todos a la armonía que debiera existir.
Me despedí de mi amigo. Seguía siendo un buen hombre, como siempre lo había sido.

Dignidad

La señora Pepa Ratodos era puta. Pero ejercía con dignidad. Daba lo que ofrecía y cumplía con sus contratos verbales. Sabía lo que era y lo llevaba con la cabeza muy alta.

La señora Carmen Tirosa también era puta. Pero ofrecía lo que luego no cumplía. Se negaba a aceptar lo que era. Llevaba la cabeza gacha porque en el fondo sentía la ausencia de dignidad en su alma.

La señora Pepa Ratodos, cuando murió, dejó olvido y paz.

La señora Carmen Tirosa, cuando murió, dejó violencia y dolor en todo aquello que había tocado.

Mis respetos más profundos para la señora Pepa y su dignidad.

Asuntos de escalas

Nunca algo es lo más grande. Siempre existe otra cosa, ser o "espíritu puro" que está por encima. O algo de lo cual procede la magnitud considerada. Ya sea por tamaño, nivel evolutivo o generación espontánea. Lo mismo me da.
No voy a empezar ni por el átomo, ni por las cucarachas (menos aún por la colección de estupideces con que te vas encontrando en la vida)... vamos directamente al cosmos. Viaje sideral sin billete previo. Y me planto ante el universo. ¡Dios mio, mira que es grande!... ¿Seguro que no tiene principio ni fin?... ¿Quién lo ha dicho que tengo ganas hoy de repartir collejas?
Para empezar, el hecho evidente de que no hayamos sido capaces de encontrar los límites del universo no nos concede la facultad de concluir que es infinito. ¡Cómo se equivocaban los que mantenían la teoría de la tierra plana terminando en un terrible abismo! A mi, por favor, no me contéis más historias.
Pero, a lo que voy. ¿Qué es lo siguiente?... Porque quiero suponer que no insultaréis a mi inteligencia -escasa, pero inteligencia al fin- diciéndome que el universo es lo más grande... No, no... quiero saber qué es lo siguiente, lo que está por encima del universo.
Me imagino que algunos os quedaréis en blanco y otros me diréis: Dios. Vale, admito Dios, sea eso lo que sea y tome la forma que tome. Dios, me diréis, creó el universo. Aceptado. Por desconocimiento mío más que por otra cosa, pero aceptado.
Y ahora, si sois tan amables, quiero saber quien está por encima de Dios, porque tengo unas cuantas quejas que plantearle sobre la gestión divina, y no me apetece andar de oficina en oficina.

No somos lo más grande, ni lo más pequeño. No somos lo mejor ni lo peor. Sólo somos unos minúsculos gusanos plagados de errores, fallos, incompetencias... fantasías y amor. Tenemos la capacidad de crecer. Y el amor nos hace, a mi juicio, realmente magníficos. Así que si Dios, reciba el nombre que reciba, es nuestra meta... a lo mejor nos estamos conformando con poco. Yo, desde luego, me pido ir con su jefe.