viernes, 25 de mayo de 2012

Mienten, por supuesto que mienten.

Ayer, en el ámbito de una conversación sobre temas personales, me comentaba un amigo -gran amigo- que "si las matemáticas no mentían"... algunos temas volverían a su sitio, dando a entender que la honestidad tiene el poder de prevalecer sobre manipulaciones y perversas intenciones. En ese momento, tanto su premisa como su consecuencia me parecieron convincentes. Pero hoy no. Porque me he dado cuenta de que las matemáticas mienten. Sin vergüenza alguna, sin límite, sin cortapisa. Mienten. Desde el momento en que pretenden hacernos creer que todo es exacto, mensurable y cuantificable, mienten. Porque nada de eso es verdad.