Hoy

Hoy ella cree en mi. Porque aunque yo no llegue hasta lo más alto, siempre alcanzo más de lo que ella me pide.
Hoy yo creo en ella. Porque aunque no lo encuentre todo en mi, siempre encuentra más de lo que yo esperaba.
Hoy, ella y yo, creemos en Dios.

El mejor instante de mi vida

Sólo existe un momento, a lo largo de una vida, en que la paz que te invade es aplastante, la serenidad plena y desconocida, el entendimiento total, sin socavones, la comprensión perfecta, el perdón llenando el aire, la comunión con la vida vibrante y absoluta. Sólo existe un momento así, y es cuando sabes que estás a punto de morir.

Los Bandidos

No lo entiendo. Mi mente, al parecer obtusa, no lo puede comprender. Pero claro, se trata de cuestiones de bancos, y con la iglesia hemos topado... ¿Cómo puede ser?... ¿Cómo lo pueden permitir las leyes?... Si a mi me restan por pagar 100.000 euros de hipoteca a un banco y dejo de pagar durante unos meses, el banco tiene todo el derecho a quedarse con mi casa, y mi deuda no baja ni un céntimo... siguen siendo 100.000 euros. ¿Robo, estafa, abuso, prevaricación, atraco, ensañamiento contra los humildes?... Yo creo que todo. Y sigo preguntándome, si la deuda sigue siendo la misma, ¿a cuento de qué quedarse con la casa?... Y si me quitan la casa, ¿por qué sigue siendo la deuda la misma?... Juro por todos los dioses que no lo entiendo... ¿Y si aplicásemos la Ley de Lynch a algunos de esos banqueros que, sin duda, se lo tienen de sobra merecido? ¡Ya está bien, por Jehová! ¡Ya basta de tanto enriquecimiento inmoral! ¡Estoy hasta los cojones de tanta indefensión ante los que detentan el poder y el capital!... Para que luego, con lágrimas en los ojos y el pétreo rostro absolutamente compungido, pongan en nuestro conocimiento, por todos los medios de difusión posibles, que este año sólo han ganado 38.000 millones de euros en lugar de los 42.000 millones que habían ganado el año pasado... Pobrecitos ellos... ¡Más vergonzoso, imposible!

Humanidad

Mi derrota es el mayor de mis éxitos.

Una lágrima

La Luna es la lágrima que se le escapa al Universo todas las noches, cuando mira hacia la Tierra.

Disculpas

He de pedirlas. A causa del texto anterior. Pero no por error de calibre, sino de criterio. No por exceso, al contrario, por escasez. No por ausencia de derecho, sino por haber de deberes.
No es mi cometido condenar. Ni mi potestad. De ahí la inadecuación de las acusaciones.
No puedo, por otro lado, cargar las tintas sobre un lugar, cuando no conozco lugar donde tales tintas no existan.
No soy capaz de dilucidar si los caracteres mencionados son apropiados o inapropiados. Lo hago desde una óptica absolutamente parcial.
Por tanto, sin retirar el escrito, a fin de que perdure la constancia de mis errores, pido disculpas.
Y, ya puestos, también a quienes, por error de juicio, han entrado en este blog para toparse con quejas y lamentos personales que nada tienen que ver con un pensamiento racional -o irracional- encarado a la construcción de "algo" en el espíritu.
Mil perdones.

La pobreza

De mente. No insulto. No llamo loco, insano, perturbado... aunque probablemente alguno lo sea, pero eso es algo que, en caso de ser, sería bueno. Hablo de la pobreza de mente. Por hablar de algo, no por otra cosa... Pobreza de espíritu, y si me apuran... de espíritu cartagenero. Mentiroso, falso, vulgar, falaz, verborréico... culpa de la diarrea que padecieron sus neuronas cuando eran pequeños... Será el clima, digo yo.
Me he divertido con mis amigos de facebook. Si. Yo. 58 tacos a cuestas y divirtiéndome. ¡Qué locura!... Pero... ¡cómo nos hemos reído!... una fotito de Aragorn -sí, el de El señor de los Anillos-, y mi cara, incluyendo gafas, en vez de la suya. Y nos hemos reído amigos, amigas, conocidos, conocidas... pero de otros lugares. Los de aquí, los de Cartagena, los que pasan de 45 años, los que se han quedado anclados en una vida sin sal ni pimienta, no han podido evitar el comentario: "¡Hay que ver... con sus 58 años y haciendo estas cosas!" Y por supuesto, ni publicado ni dicho a la cara... por detrás, que es lo suyo.
Pues si. Las hago. Y más que haré... Porque todavía me divierto. Y no participo de esa pobreza de mente que con tanta exactitud caracteriza esta ciudad.
Discúlpenme los poquitos que se salven...